viernes, 16 de marzo de 2012

"Me llama la atención el cuerpo que tienen los vinos de la isla"






Entrevista recogida del periodico Diario de Mallorca,realizada por Belén Sanz Cid, enóloga de la bodega familiar Dehesa de los Canónigos (Pesquera de Duero)



"Me llama la atención el cuerpo que tienen los vinos de la isla".


Un ejemplo de que la mujer española ya pisa fuerte en el mundo del vino es la joven Belén Sanz Cid, enóloga de la bodega familiar Dehesa de los Canónigos (Pesquera de Duero), cuyo reserva 2005 fue elegido por los lectores de la 'Guía Gourmet 2012' como mejor vino tinto de España.

—¿Estaba predestinada a vivir entre viñas y botellas de vino?
—Algo hay de eso, ya que en mi casa se elaboraba vino para uso propio, aunque luego mi padre se hizo cargo de la bodega familiar, lo que dio pie a que estudiara enología.
—¿Acertó de pleno?
—Eso creo, pues me puedo mover en un mundo apasionante, en el que nunca nada es lo mismo, debido a que las viñas, eje de nuestra profesión, dependen siempre de lo que marque la meteorología. Además, cada añada es diferente.
—¿En eso está el misterio que tiene cada vino?
—Cada vino es un mundo, pues son muchos los factores que intervienen, aunque después de conseguirlo si quieres convertirlo en crianza, sea media o alta, has de seguir su evolución, como si cuidaras a un bebé.
—¿Usted ya es madre?
—Aún no, pues es complicado alternar el trabajo, especialmente al que yo me dedico, pues viñas y bodega necesitan una atención constante, pero mi marido y yo no renunciamos a ser padres. Creo que con planificación, colaboración y cierta planificación todo se puede conseguir.
—¿Qué tiene para usted trabajar en una empresa familiar?
—Pienso que es continuar algo iniciado por tus mayores, y cuando se forma un buen equipo, piensas que hay bastante futuro por delante.
—¿Es usted hija de familia numerosa?
—Sí. Y aunque somos dos chicas y dos chicos, solo mi hermano Iván y yo seguimos con esta tradición familiar, pero contando con el apoyo del resto de la familia. Además, en la empresa cada uno tiene su cometido, aunque todo se hace en equipo.
—¿Tan especial es su vino premiado?
—Nuestro reserva 2005 es especial, lo reconozco, pero el mérito principal es de las cepas que dieron vida a los granos de uvas que lo crearon, los cuales eran tan buenos que el trabajo a realizar, para no echarlo todo a perder, consistía en una correcta elaboración, en cuidarlo y seguir su maduración en barrica.
—¿Y qué impronta consiguió al final en este vino galardonado?
—Creo que se consiguió un equilibrio entre la fruta y la madera. Claro que después de cada añada, me pongo el reto que en la próxima lo haré mejor.
—¿Qué opina de las catas verticales?
—Estoy convencida de que es un ejercicio apasionante, ya que, a través de diversas añadas de un vino, las cuales son diferentes como las personas, vas observando la evolución de cada uno. Y siempre te encuentras agradables sorpresas, y otras que no lo son tanto. Claro que cada catador, como cada vino, es un mundo.
—¿Su vino favorito?
—El que bebo bien sentada y con mucha tranquilidad, sin prisas.
—¿Sus vinos tienen un modelo de consumidor determinado?
–Nuestra clientela está a partir de los 35 años de edad, más o menos, hacia adelante.
—¿Ha descubierto que Mallorca tiene vinos de antigua tradición?
—Los estoy descubriendo. Me llaman mucho la atención por su cuerpo, ya que se les nota que son vinos de uvas muy soleadas, por lo general. Espero regresar a la isla pronto para conocerlos más a fondo.
—¿Le priva la naturaleza?
—Me encanta el campo, pero con escapadas al exterior. Viajar te hace comprobar los diferentes matices que tiene nuestro planeta, como ocurre con el vino y su mundo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario