domingo, 25 de noviembre de 2012

La ruta de la fiesta del Vi Novell reúne a 300 personas.


Numerosos padres acudieron acompañados de sus hijos, los cuales estaban más interesados en ir en el tren que en visitar las bodegas.



La décima fiesta del Vi Novell fue todo un éxito tanto de participación como de organización. Unas 300 personas acudieron a la cita, que se inició a las 9.30h con una visita en tren turístico por las bodegas de la localidad.
Numerosos padres acudieron acompañados de sus hijos, los cuales estaban más interesados en ir en el tren que en visitar las bodegas. El recorrido arrancó de la bodega Macià Batle y pasó por las empresas Es Cabàs, Can Rubí, Jaume de Puntiró, Àngel Bodegas, Ramanya y Sebastià Pastor. En todas el tren efectuó una parada.
Los propietarios de las bodegas recibieron a los visitantes a las puertas de las instalaciones. Les enseñaron el recinto y les explicaron las características de los vinos que producen. Además, detallaron los pasos de la producción de cada caldo. Una vez finalizada la visita, les obsequiaron con una degustación.
Además de la ruta, ayer se inauguraron en Ca s'Apotecari dos exposiciones: una del artista iraní Pari, que reside en Santa Maria, y otra de fotografía de Michael Horbach.
A partir de las 20.30h continuó la fiesta del Vi Novell con el pregón a cargo de Antoni Crespí, Ballador. Con una plaza de la Vila llena de público, las autoridades locales rompieron el grifo de una bota para simbolizar que el vino joven ya corría.
Coincidiendo con esta fiesta, también se celebró la segunda fiesta de la Tapa, en la que diversos restaurantes y cafés de la localidad pudieron degustar pinchos y raciones variopintos, acompañadas de vino gratis ofrecido por las bodegas del pueblo.

jueves, 22 de noviembre de 2012

Mallorca, marca de vinos.


 El nombre de Mallorca es en estos momentos una marca que garantiza ventas. Así lo demuestran los recientes éxitos de los bodegueros amparados en la Indicación Geográfica Protegida Vins de Mallorca (IGP), que han logrado ser los terceros máximos vendedores de España durante la campaña 2010-2011.
Los vinicultores mallorquines colocaron 898.600 litros de vino en el mercado nacional y exportaron al extranjero otros 325.900 litros. Eso supone casi la totalidad de lo que producen, pues en 2011 se cuantificó en 1.673.600 litros.
Cabe destacar que Balears cuenta con cinco indicaciones geográficas vinícolas: Ibiza, Menorca, Illes Balears, Serra de Tramuntana-Costa Nord y Mallorca. La IGP Vins de la Terra de Mallorca es la cuarta de España en número de superficie de viñedos. Se cultivan 434 hectáreas por parte de 128 viticultores. También es la tercera en número de payeses dedicados a este cultivo.
Las ventas de vino amparadas en alguna IGP representan el 77,7% de todo el que se comercializa en España, según el informe oficial de la campaña 2010-2011, elaborado por el ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. Entre las IGP más destacadas por su volumen de ventas se encuentran: Castilla, con un 92,1% ; Extremadura, con un 5,2% y Mallorca, con un 0,8%.
Pero no sólo destaca Mallorca en el concierto nacional puesto que en exportación su porcentaje alcanza el 1% del total, siendo también la tercera máxima exportadora.
Factores concurrentes
Productores mallorquines coinciden en dos circunstancias concurrentes como causas probables de este éxito. Por una parte "es indudable la apuesta de todos los vinicultores por los vinos de gama media y alta desde hace más de veinte años", explica Javier Servera, directivo de las bodegas Can Ribas de Consell. El interlocutor destaca que "hace tiempo que empezó a desterrarse la producción de vino barato y se apostó por la calidad como único medio de rentabilizar el sector".
Por otra parte, "el nombre de Mallorca es en sí una marca de prestigio", sentencia Ramon Coll, de las bodegas Son Bordils de Inca. "No es ningún secreto que las dos denominaciones de origen (Binissalem y Pla i Llevant) han pugnado por intentar mantener el nombre de Mallorca en su marca y ello es simplemente porque el nombre vende", agrega.
Tanto es así que productores de las dos denominaciones cuentan con líneas de producción fuera de los consejos reguladores e incluidas en la IGP Vins de la Terra de Mallorca. Incluso se da el caso de la propia firma Ribas que hace unos años decidió abandonar la DO Binissalem y producir vinos con indicación geográfica.
Calidad
Coll opina que "en estos momentos pertenecer a una DO no es determinante como hace unos años. El trabajo general de todos en aumentar la calidad de los vinos ha superado esa barrera. Es significativo que muchos de los vinos con IGP Vi de la Terra de Mallorca se vendan a un preció bastante más alto que vinos con DO".
Otro de los datos significativos es que la mayor parte de ventas calificadas por el ministerio como mercado interior se refieren a la propia isla. El comprador mayoritario es el residente y el turista, en la península se vende muy poco.

jueves, 15 de noviembre de 2012

La mirada de los sabios.



La mirada de los sabios.

Algunos de los más influyentes expertos en vino –sumilleres, elaboradores, cocineros y críticos– desgranan las tendencias y confiesan cuáles son las cuestiones que más les preocupan de un mundo por el que sienten pasión



El chef francés Alain Senderens, quien en su día apostó por dar protagonismo al vino en la alta cocina, acompañado de su amigo, el experto Joan Josep Abó
Dicen los expertos que nunca se habían bebido tan buenos vinos como hoy. Que es un gran acierto recuperar las variedades de uva autóctonas; una suerte que se tienda a elaborar vinos más delicados, sin trampas ni disfraces. Creen que ya era hora de que se apostara por disminuir la graduación alcohólica y por una viticultura sostenible. Los sabios del vino tienen motivos para estar animados. Pero quedan muchas asignaturas pendientes: puede que haya zonas sobrevaloradas. 

Botellas excesivamente caras. Sabores enmascarados. Sumilleres con demasiado afán de protagonismo e incapaces de adaptarse a los gustos, a los ánimos o al poder adquisitivo del comensal. “Se hace necesario gestionar la vanidad. Sí, sí, la nuestra”. Lo advertía el reputado sumillerJosep Roca, ante un auditorio compuesto por colegas del mundo de la sala, cocineros, elaboradores, críticos. Se habían reunido en Barcelona –a finales de septiembre– para asistir al Wine & Culinary, el primer encuentro centrado en la relación entre el vino y la gastronomía, organizado por las bodegas Torres. Roca habló de emociones, de complicidades con el comensal, de atrevimiento. “¿Por qué no servir un plato con un té? ¿Por qué no con una cerveza?”. El mejor maridaje, está convencido, no siempre es el idóneo: hay un momento para cada botella, y es importante estar atento para acertar.
La crítica de vinos Jancis Robinson junto a su esposo, el crítico gastronómico Nick Lander
El mediano de los hermanos de El Celler de Can Roca (Girona) recuerda que entre los elaboradores hay personas con distintas sensibilidades. Gente pragmática, que busca el negocio, y gente que se esfuerza mucho en hacer vino de calidad. A él le preocupa que el mercantilismo condicione. “Que impere el marketing y se impongan los gustos uniformes, tan desesperantes. Hay vinos iguales en cualquier lugar del mundo. Hay muchos vinos maquillados”. 

Sin embargo, asegura que le atraen quienes se preocupan de elaborar con respeto, apostando por la viticultura sostenible. “Se retoman los orígenes con más conoci­miento y con más conciencia que nunca”.

Roca está considerado un ejemplo por su empeño en acercar la cocina a la enología. Hace décadas, pero desde el lado de los fogones, destacó por eso mismo Alain Senderens, uno de los chefs legendarios de Francia, pionero en la búsqueda de la armonía entre vino y gastronomía. Este confiesa que en su cocina sigue mandando el vino. “Puedo encontrar cincuenta tipos que le vayan bien a un plato. Pero prefiero utilizar el vino como patrón y a partir de él crear un plato. Ya no puedo cocinar sin seguir ese proceso”. Senderens ama el vino. Como lo ama Joan Gómez Pallarès, autor del exitoso blog De vinis. “Me interesa la naturaleza, y el vino me permite seguir el ciclo natural, el curso del año. Me interesa su valor como raíz profunda de nuestra cultura y me gusta saber que nunca beberé dos veces el mismo vino aunque abra botellas de la misma añada, igual que nunca me bañaré dos veces en el mismo río”. Sabe Gómez Pallarès que en España hay menos cultura enológica que en Francia. “Nos faltan años de tradición y de seguir haciéndolo bien, como lo estamos haciendo ahora”.
Los expertos coinciden en destacar la tendencia a disminuir la graduación alcohólica como una de las más interesantes en el mundo del vino. Así lo señala el canadiense François Chartier, escritor, cocinero, investigador y sumiller. “Hoy la gente quiere beber frescura, y me parece excelente que vayamos hacia una media de unos doce grados de alcohol y no los 15 a los que habíamos llegado”. 

Opina como él Jancis Robinson, una de las críticas más influyentes a escala internacional, quien destaca ese gran paso, juntamente con la reducción de la presencia de roble, como las tendencias que más le agradan. Esto último es, para Chartier, más una buena intención que algo real. “Aunque se habla mucho de una voluntad de bajar el aroma de barrica, en realidad no se lleva a la práctica. Los vinos siguen siendo maderizados en exceso. Aun así, debemos recordar que vivimos un gran momento. Idealizamos las grandes añadas y nos olvidamos de que no eran tan buenas como lo que bebemos hoy”. 

El suizo Markus del Monego y el canadiense François Chartier
La apuesta por las variedades de uva autóctonas es la otra tendencia que entusiasma a los especialistas y que apoyan incondicionalmente. “Es –dice Chartier– lo que define la identidad de un país. Yo quiero beber origen, historia: quiero garnacha en el Priorat, quiero monastrell en Jumilla, quiero albariño en Rías Baixas”. Es, para la también canadienseLinda Milagros –sumiller, que ha pasado por los restaurantes Charlie Trotter’s o Mugaritz y que actualmente trabaja en el danés Geranium–, lo más interesante que está ocurriendo. 

“Recuerdo que en Chicago asistí a una cata de vinos españoles de diferentes zonas y todos sabían igual; eran vinos con excesiva extracción, que podrían ser de La Rioja o de Argentina. Eso, que pasa en todo el mundo, me preocupa”. Linda Milagros respeta a los gurús que marcan las tendencias, pero asegura que no le interesan los elaboradores que trabajan con el único objetivo de obtener altas puntuaciones. 

Lo mejor que está pasando en el sector es, para Christophe Brunet, embajador de Primium Familiae Vini, que la gente está más informada que nunca. “Hemos pasado de saber que había que tomar blanco con el pescado y tinto con la carne a tener consumidores que saben elegir. Ahora, sobre todo en España, sólo falta gente que beba, porque ha bajado escandalosamente el consumo”. Brunet, que vive en España, se confiesa absolutamente fascinado por Galicia, con sus blancos y sus tintos –“aún más sorprendentes”–, y la Ribeira Sacra.
Ferran Centelles y Christophe Brunet
Los hábitos cambian. Lo recuerda el reconocido sumiller suizo Markus del Monego. “Antes se buscaban vinos opulentos, ahora la gente quiere beber y tomar menos alcohol. Se trata de disfrutar”. Los vinos españoles, que asomaban en alguna carta como algo exótico, se han hecho un hueco importante, según Del Monego. “Hoy no podría haber una buena carta de vinos sin referencias españolas”. Según este experto, nos preparamos para una vuelta a los clásicos. “Ahora beber vinos modernos es fashion. Pero tras esta tendencia vendrá la moda de los clásicos. No un clásico rancio, no esos riojas que se hacían años atrás, sino esos fantásticos de hoy que han sabido interpretar lo clásico”. 

Es el momento de avanzar hacia la sostenibilidad y de que las empresas actúen para reducir la huella de carbono. Es una de las grandes preocupaciones de Miguel A. Torres, presidente del grupo boedeguero Miguel Torres y una de las voces más escuchadas del mundo vitivinícola, quien ve imprescindible la adaptación al cambio climático. “Europa puede vivir un cambio dramático en el mapa de las denominaciones de origen”. Torres está seguro de que pronto ganarán terreno los envases de plástico, más ligeros y con menor huella de carbono.

Algunos críticos están cansados de tendencias. Es el caso de Víctor de la Serna, responsable de Elmundovino.com. “Es lamentable que se hagan cosas porque está de moda. Que nos hicieran beber aquellos vinos tan potentes que se suponía que eran fastuosos porque eran tendencia, igual que ahora quieren que bebamos vinos naturales que no saben a vino. Valdría la pena conservar una actitud clásica y no ser esclavos de la moda”.
Josep Roca, Linda Milagros, François Chartier y Johan Agre
La crisis, creen los entendidos, generará cambios en el negocio del vino. “Cuando tu único interés es crecer y crecer, te equivocas”, afirma Joan Gómez Pallarès, quien señala que se han equivocado “tanto quienes han blanqueado dinero en el sector como quienes han hecho inversiones honestas pero desmesuradas”. Jancis Robinson, autora de una influyente web y colaboradora del Financial Times, atisba el cierre de muchas bodegas en España en un futuro no lejano. A esta prescriptora le preocupa el excesivo precio de los grandes caldos. “Hay una desproporción que no me gusta y un mercado de inversores que me asusta”. A ella, lo confiesa, le gustan “los vinos con corazón y que expresen la tierra de la que proceden”. Asegura que en España se trabaja veinte veces mejor que hace veinte años. Adora los blancos y los tintos gallegos y opina que los vinos del Priorat son demasiado caros, sobre todo si se comparan con algunos del Montsant, de la misma calidad y menos precio. 

¿Qué consejo daría Robinson a un elaborador? “Haz el vino que te gustaría beber. Cuando puedas poner la mano sobre tu corazón, estés orgulloso y hayas logrado expresar el lugar donde vives, lo habrás hecho bien”. ¿A un sumiller? “Sé humilde: el vino es más importante que el individuo”. ¿Y al aficionado? “Busca una tienda de confianza. Explícales lo que te gusta y déjate aconsejar para ir entrando poco a poco en este mundo fascinante”.

lunes, 12 de noviembre de 2012

¡Sorprende a tus amigos con un taller de Gin tonic!


¡Sorprende a tus amigos con un taller de Gin tonic!



Quedar con tu grupo de amigos no tiene que ser lo de siempre. ¿Tomamos un Gin Tonic?
 te propone infinidad de planes que te convertirán en el mejor anfitrión de todas tus reuniones. Nosotros nos decantadomos por una divertida cata de ginebras y la elaboración de Gin tonics como auténticos profesionales. Apetecible ¿verdad?
Muchas veces nos hemos preguntado cómo ser el mejor anfitrión en las reuniones con amigos, hacer que las reuniones en nuestra casa sean recordadas por su originalidad. Aunque parezca complicado ¿Tomamos un Gin Tonic?
 tiene la solución, te organiza un plan perfecto según tus preferencias. Catas de vino, de ginebras incluso,etc,etc, cualquier cosa que se te pase por la cabeza se hará realidad.
Reúne a tus mejores amigos, abre las puertas de tu casa y disfruta de un divertido taller de Gin tonic. Nosotros lo hemos hecho y garantizamos que es una experiencia muy recomendable.
En primer lugar, el experto presenta las ginebras Premium elegidas para la ocasión. Explicamos sus características, el siguiente paso es oler los diferentes botánicos de las ginebras para familiarizarnos con sus esencias. Por último, el juego de las adivinanzas, oliendo y saboreando hay que adivinar qué ginebra es.
Luego viene lo mejor del taller, el experto nos enseña a elaborar un maravilloso Gin Tonic, y luego nos ponemos manos a la obra. Para terminar elaboraremos según los gustos de cada uno, nuestro propio combinado como auténticos bartenders.

La magia del G&T. al alcance de todos.
Además de los eventos personalizados, ¿Tomamos un Gin Tonic?
  tiene otras propuestas para ti o para tu empresa. Te invita a organizar de manera diferente experiencias, una escapada o un viaje por el mundo gintonic y siempre en base a tus deseos, perfil y a tus necesidades...
Disfrutta de un buen gintonic.!!!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

José Luis Cuerda: "Todo el dinero me lo he gastado en vino"

La otra pasión confesable de José Luis Cuerda (Albacete, 1947), además del cine, es el vino.
[foto de la noticia]


No, no es que el director de títulos inolvidables como El bosque animadoAmanece que no es pocoLa lengua de las mariposas o Los girasoles ciegos tenga algo oculto que confesar, sino todo lo contrario. La otra pasión confesable de José Luis Cuerda (Albacete, 1947), además del cine, es el vino. De hecho, Sanclodio, una bodega en la que produce un ribeiro que exporta a mercados como Estados Unidos, Japón, Alemania y Reino Unido, lleva su sello.
El también productor y guionista reconoce que "todas las cosas serias que he hecho en esta vida las he hecho sin pensarlas demasiado, porque si no, no tomas decisiones vitales. Todo se produce, como decían los romanos, per accidens. Me compré una casa del siglo XVI que restauré, pero lo que tenía al lado eran viñas, por lo que decidí crearla. Es algo que me gusta mucho y de lo que aprendo. Pero también requiere mucho trabajo y una inversión enorme, por lo que puedo decir que yo todo me lo he gastado en vino", bromea.
Cuerda ha compaginado su labor estos años al frente de la bodega con la dirección de su última cinta,Todo es silencio, con guión de Manuel Rivas y protagonizada por Quim Gutiérrez, Miguel Ángel Silvestre y Celia Freijeiro, que se estrena el próximo viernes.
Asegura que su carrera ha evolucionado en los más de treinta años que lleva haciendo cine, "ya que adquieres seguridad y responsabilidad" y defiende que el autor de una cinta es el director, "no como timbre de gloria, ni como algo excelso, sino que pienso que es el último y máximo responsable de lo que al final se ve".
El cineasta afirma que el trabajo con los equipos se los plantea como trabajo con personas: cada una requiere un trato. "Con quien me entiendo bien, procuro repetir, te ahorra muchísimo esfuerzo". Y añade: "El cine es un trabajo de equipo, pero yo sé cómo quiero hacer o contar una película".

José Joaquín Cortés: "Muchos vinos viven del cuento y del pasado"



El último premiado con la Nariz de Oro nos desvela los trucos para saber elegir un destilado para cada ocasión.
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"Sensibilidad por la belleza y fijación por los detalles" son las características de un buen sumiller, al menos en boca -y nunca mejor dicho- de José Joaquín Cortés, premiado con la Nariz de Oro 2012. Fue el padre de este alicantino quién le inculcó la afición por el vino. "Se me contagió esa sensibilidad y ese buen gusto gastronómico. En Bachillerato ya leía críticas de enología".
Cortés es el sumiller del Restaurante Modesto de Sevilla. También ha sido la nariz de los destilados de la 'after party' de los Goya -donde diseñó un cóctel para cada premiado- y ahora prepara los vinos que acompañarán los platos de Dani García en uno de los eventos más glamurosos del verano, la gala benéfica Global Gift de Marbella que se celebra en agosto.
El trabajo de un sumiller es mucho más que estar en sala: "Un sumiller se dedica más a gestionar, planificar la bodega, diseñar la oferta gastronómica, preparar catas, cenas temáticas..."
Además del vino, Cortés es un reconocido catador de bebidas espirituosas y de habanos. De hecho, fue subcampeón en el Campeonato del Mundo de Habanos en Cuba. Para él, una sobremesa se compone de cinco elementos: café, un puro habano, chocolate, un destilado que puede ser un whisky o un coñac y la tertulia. "Todo lo que se puede catar me gusta", dice con una carcajada, pero matiza: "Hay muchos vinos que no me gustan nada, aunque, la verdad, es difícil encontrar malos vinos hoy en día. El problema es que hay algunos que están sobrevalorados y muchos países están viviendo del cuento y del pasado".
En cuanto a los archiconocidos ránking se muestra prudente. "No desconfío, y me parecen representativos a nivel mundial, pero es cierto que no siempre son todos los que están y viceversa. El vino es subjetividad, es inevitable".
¿Su bebida favorita? El vino en la variedad de Pinot Noir, originaria de Borgoña y los vinos de Jerez, "los más complejos y diferentes del mundo". En cuanto a destilados, Cortés aconseja combinar una ginebra o un vodka con mariscos y ceviches y vaticina que el tequila ganará adeptos en las coctelerías españolas.
Copa 'premium'
- Vodka. Ha desbancado a la ginebra por su sedosidad en boca. Perfecto en trago corto para abrir el apetito y helado a menos 20 grados para ganar untuosidad.
- Ginebra. Mejor tomarlo en copa de balón y con piel de limón verde como 'garnish'. ¿Lo último para maridarlo? El marisco.
- Ron. Si se toma solo, el hielo está prohibido. Cortés recomienda los rones de estilo francés o de Guatemala.
Un destilado para cada ocasión
1. Comida de trabajo: Como no, el vino. Los más jóvenes (como la variedad de mencía del Bierzo) son idóneos para charlar de trabajo.
2. Para meditar: Una copa de coñac o de 'brandy' si lo que busca es un momento de meditación y tomar una decisión.
3. Brindar por algo
El champán nunca pasa de moda para un brindis. Para cerrar un negocio elija un champán 'millésimé'.

martes, 6 de noviembre de 2012

Son Net, galardonado como mejor hotel europeo.




Gran Hotel Son Net, ubicado en Puigpunyent, ha sido galardonado con el "Premio a la Excelencia al Mejor Hotel de Europa y zona del Mediterráneo".



Gran Hotel Son Net, ubicado en Puigpunyent, ha sido galardonado con el "Premio a la Excelencia al Mejor Hotel de Europa y zona del Mediterráneo" en los premios internacionales Condé Nast Johansens 2013 que se celebraron anoche en el Mayfair Hotel de Londres.
Las nominaciones son el resultado de la combinación del sistema de voto online de Condé Nast Johansens, las encuestas de calidad de los huéspedes y la propia valoración del equipo internacional de inspectores, ha informado el hotel en un comunicado.
"Estamos muy orgullosos de haber recibido de este premio de excelencia que refleja los esfuerzos durante los últimos años de todo el equipo de Son Net encabezado por Bjorn Wild, el director general del hotel", ha dicho el propietario del hotel, David Stein.
El Gran Hotel Son Netse encuentra en la cima de una colina sobre el pueblo tradicional de Puigpunyent y la finca se divide en un edificio central y varios edificios exteriores.
Tiene 31 habitaciones con 7 suites y 24 habitaciones dobles; incluye un patio interior tradicional, una zona de recepción, el Restaurante Oleum en el que figura la prensa de aceite original de la finca, una bodega, salas de conferencia, gimnasio, bar, una capilla privada, jardines, una piscina de 30 metros, entre otras dependencias.

viernes, 2 de noviembre de 2012

"No me traiciono por el mercado, me baso en las emociones"


"No me traiciono por el mercado, me baso en las emociones"

Joana Oliver Moragues. Vinatera, propietaria de Binicomprat y Bodegas Oliver Moragues. Pionera en la recuperación de la viña mallorquina, cata las mieles del triunfo con su vino tinto OM 2010.


Joana Oliver Moragues, copropietaria con su hermano Gabriel de la posesión de Binicomprat (Algaida), adquirida por un antepasado suyo en 1511, ha visto reconocido recientemente el esfuerzo que desde hace más de veinte años lleva realizando en pro del vino mallorquín. Uno de los vinos que se elaboran en la bodega de la citada finca, de la que se encarga principalmente su hijo, Carlos Cabeza Oliver, el tinto OM 2010, fue premiado en el concurso internacional Expovina, celebrado recientemente en la ciudad helvética de Zúrich, con uno de los cinco galardones Gran Oro.

Joana Oliver Moragues sostiene, en el Club Naútico de Palma, una botella del vino premiado. willy

–¿Tanto les ha impactado en positivo que uno de sus vinos obtuviera un Gran Oro en Expovina?
–Más que impactado, este premio, de gran importancia para cualquier bodeguero que se precie, viene a confirmarnos la trayectoria enológica que nos marcamos cuando mi hermano Gabriel y yo decidimos, hace unos años, devolver a Binicomprat, una finca que desde hace quinientos años pertenece a nuestra familia, la tradición enológica que había tenido.
–¿Que han querido reflejar en sus vinos?
–Un culto a la naturaleza. Nuestras viñas alcanzan seis hectáreas, si bien, se encuentran rodeadas de un frondoso bosque de 150 hectáreas, en donde se enmarca un coto de caza lleno de vida.
–¿Tan ecológicas son sus viñas?
–No entran en ellas ningún tractor, y menos el arado, siendo el propio entorno el que actúa de forma continua y permanente en las viñas, siendo abonadas constantemente por la fauna, muy variada, que habita en el bosque. Paralelamente, en los ciclos cronológicos que se van sucediendo entre las cepas, actuamos de forma natural, realizando los diferentes trabajos propios de cada estación.
–¿Usted es una ecologista empedernida?
–Adoro la naturaleza, la respeto mucho, y cuando la cuidas, ella te devuelve los favores que le has hecho multiplicados. 
–¿Cruza los dedos cuando mira al cielo?
–Dependemos del clima, por lo que ninguna cosecha suele ser igual a otra. Claro que, a veces, va en una dirección o en otra, lo que también puede ser un riesgo. De cara a la vendimia de este año, ya realizada, y en la que hemos tenido de un 10 a un 15 por ciento de merma en la uva, aunque con muy buena graduación, debido a que hemos tenido un tiempo tan seco como caluroso, decidimos podar y retirar menos hojas de las cepas para conseguir una sombrilla protectora unida al beneficio de las noches frescas. Una opción que tuvo sus riesgos, ya que de haber llovido o hecho menos calor hubiéramos tenido un fracaso, pero nos salió bien la apuesta.
–¿Cuando toma una decisión no vuelve atrás?
–Las indecisiones suelen pagarse más caro que las malas decisiones, pienso yo. Hago algo en lo que creo, basándome en la emoción que me producen una serie de cosas: no soy proclive a traicionar mis convicciones por el mercantilismo, pues lo que me interesa es ir sumando reconocimientos, especialmente por la forma de hacer las cosas y por la elaboración de nuestros vinos. La cuestión es mantenernos en la línea de actuación que nos hemos fijado.
–¿El mundo del vino ha dejado de ser machista?
–En la época en que entré en él estaba dominado absolutamente por el hombre, no sólo en Mallorca, sino en todo el mundo. Tuve que aguantar muchas cosas, pero seguí mi camino, aunque debido a entrar en un mundo nuevo mi inexperiencia inicial y algunas malas pasadas hicieron que mis primeros pasos no fueran por un camino de rosas. Ahora es diferente, ya que la mujer deja sentir su peso en las bodegas del planeta, y en la isla hay muchos ejemplos de mujeres que están al frente de ellas o que empiezan a asumir responsabilidades en ellas.
–¿La mujer da un toque especial al vino?
–Eso del toque femenino lo encuentro fuera de lugar. Cada mujer es diferente, como el hombre, por lo que la cuestión es ser fiel a sí mismo. En mi caso, mi sensibilidad está en la tierra que piso, la cual me da frutos si la sé trabajar sin agresiones y tratar como se merece. A mí, quien me habla es la naturaleza.
–¿Se considera una pionera en la recuperación del vino en Mallorca?
–Al introducirme en el mundo enológico mallorquín no había más de diez bodegas que embotellaran su vino, mientras que ahora hay casi sesenta. Fuimos una serie de personas que creímos en que en la isla podrían hacerse buenos vinos propios, y es algo de lo que dudan muy pocos actualmente, aunque hace veinte años parecía ser una quimera. Se trabajó y se consiguieron triunfos, aunque nunca hay que bajar la guardia.
–¿Las bodegas pequeñas como la suya están en desventaja con las grandes?
–Mucho, ya que las grandes tienen medios suficientes para darse más a conocer. Aunque, en estos momentos, a nivel exterior, especialmente por concurrir a salones enológicos y premios internacionales como lograr galardones, las bodegas pequeñas empiezan a ser conocidas y reconocidas fuera. Y en cuanto a las bodegas ecológicas, como es nuestro caso, son cada vez más valoradas.
–¿Pueden conseguir vinos tan buenos como los mallorquines con variedades foráneas?
–Elaboramos unos vinos que son un ejemplo palpable de su idiosincrasia enológica actual isleña. En nuestras viñas, de las que sacamos toda nuestra producción de uva, tenemos plantadas las variedades autóctonas Manto Negro y Callet, junto a las francesas Cabernet Sauvignon, Shyra y Merlot, en lo tocante a las tintas. Respecto a las blancas, tenemos Sauvignon Blanc, Chardonnay y la mallorquina Prensal Blanc.
–¿Tienen futuro los vinos blancos de Mallorca?
–La isla siempre ha tenido vinos blancos, pero hay que tener cuidado con las variedades que se utilizan. La variedades blancas como las tintas autóctonas isleñas tienen, en muchos casos, que ensamblarse con otras foráneas para lograr esos tonos de color, aromas y sabores que marcan su personalidad como su calidad. Y soy partidaria de introducir más variedades de fuera en la isla, pero muchas veces no se puede, ya que no se autorizan.
–¿Las DO son un corsé que aprietan demasiado?
–En las DO los grandes suelen comerse a los pequeños, por eso optamos por entrar en la Indicación Geográfica Vi de la Terra de Mallorca. En ella dependemos de la conselleria de Agricultura, no dándose tantos intereses creados como en los consejos reguladores que rigen en las DO.
–¿Estaría de acuerdo con la DO Mallorca para los vinos isleños?
–Mallorca es un nombre que se conoce mucho en el exterior, por lo que sería algo viable para muchos de nosotros, ahora bien, exigiendo que los pequeños tuvieran la misma voz que los grandes.
–¿Sus clientes son foráneos?
–Nosotros exportamos el 80% de nuestra producción, siendo ésta de una media anual de unas 20.000 botellas al año, de las que la mayoría son de vino tinto, ya que nuestra producción de blanco es limitada aún. No olvidemos que son los visitantes extranjeros, especialmente los centroeuropeos, quienes fueron de los primeros en creer y aupar los vinos isleños.
–¿Hay que apechugar con la quema de basura del exterior en la isla?
–De ningún modo, sería una auténtica vergüenza. Hipotecaría de nuevo, y con mayor contundencia, lo poco que nos queda de paraíso, cargándose una vez más la imagen de Mallorca. Hay que reciclar y no quemar, pues esto último es un buen negocio para unos cuantos. Como siempre.