lunes, 22 de febrero de 2016

Los "petits cellers" quieren garantizar la calidad del vino producido bajo la marca Mallorca.


Las 34 bodegas de pequeño formato incluidas en la asociación suman el 50% de la producción de la Isla y ya exportan el 15% de las botellas en su mayor parte a Alemania y Suiza.
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Las pequeñas bodegas de Mallorca quieren garantizar que el vino producido en la Isla con el nombre de Mallorca vaya asociado por encima de todo a la calidad.

En estos momentos se producen vinos bajo tres grandes sellos diferentes: Por una parte las Denominaciones de Origen de Binissalem y la de Pla y Llevant y por otra la Indicación Geográfica "Vi de la Terra Mallorca".

En este tercer grupo se sitúan los miembros de la Asociación de "Petits Cellers de Mallorca" que en estos momentos ya agrupa a 34 bodegas y que próximamente se ampliará a 3 miembros más. Todos estos productores juntos representan el 50% del vino que se produce en la Isla.

Con el fin de garantizar el binomio entre calidad y Mallorca ponen en marcha el reglamento y el consejo regulador del la indicación "Vi de la Terra".

Según explica el presidente de Petits Cellers, Andreu Oliver, ahora que está más de moda que nunca el nombre de nuestra tierra tenemos que mirar por la calidad del vino que es uno de los productos más apreciados en estos momentos.

Este reglamento regulará el sistema de producció pero sobre todo los tipos de variedad que se pueden sembrar y explotar en Mallorca con la finalidad de que el vino de la tierra continúe con unas características propias y no se uniformize siendo similar al de otras localizaciones.

Los cellers este año volverán a apostar por la celeración de la "Nit del Vi" en el Patio de la Misericordia con un formato aún más lúdico que incorporará la gastronomía gracias a la colaboración de la Escuela de Hosteleria. El evento tendrá lugar el próximo 8 de mayo.

Las pequeñas bodegas mallorquinas estan viviendo actualmente un momento muy dulce pués la demanda para ellos excede la capacidad de producción. Esto, juntamente con el vino de calidad permite dibujar unas expectativas de alta rentabilidad en el futuro.

Esto se ha puesto de relieve con unas buenas cifras de exportación de vino que llegan actualmente al 15% del total y que tienen como principales destinos a Alemania y Suiza.

La clave de este buen posicionamiento, según Andreu Oliver, "reside en el hecho de que trabajamos como una família todos juntos. Como asociación no nos hacemos competencia entre nosotros sino al contrario. Este frente común ha funcionado muy bien especialmente a la hora de exportar".

jueves, 11 de febrero de 2016

Rioja se pone las pilas.

La primera pregunta que habría que hacerse sobre la respuesta de los operadores del vino de Rioja a la demanda por parte de algunas bodegas, prescriptores (casi todos) y consumidores (ahí está el manifiesto del Club Matador promovido por Telmo Rodríguez) de un nuevo sistema de calificación y diferenciación de vinos es si va en serio.
Todo parece indicar que sí: las asociaciones sectoriales más pequeñas (Bodegas Familiares, ABRA, Araex), incluso algunas organizaciones agrarias como Asaja o la UAGA alavesa, han llevado al Consejo Regulador propuestas y la última en hacerlo, tal y como informábamos este fin de semana en Diario LA RIOJA, ha sido el Grupo Rioja, la organización ‘dominante’ a cuyo ‘no’, con casi un 80% de los votos, no hay un ‘sí’.
La conclusión, a mi juicio, es que el Grupo Rioja, donde conviven muy diferentes sensibilidades y modelos de negocio, ha puesto sobre la mesa un buen documento de trabajo que parte de un desarrollo del vino de finca, o de paraje, con un nivel de exigencia de calidad (edad de viñedos, control de herbicidas, significativas menores rendimientos de uva y vino, aptitud de suelos…) que parece acorde al fin pretendido. Las grandes y medianas bodegas tiene, sin embargo, menor convicción, aunque sin cerrojazo, con los vinos de pueblo y comarca que otras asociaciones más pequeñas consideran adecuados, pero, al menos, existe un punto de partida tangible.

Si hay una denominación de origen en España que se caracteriza por la diversidad de vinos (‘La tierra de los mil vinos’) es Rioja. Un factor diferencial, por tanto, que hasta ahora no había interesado desarrollar con un apoyo expreso legislativo, quizás porque no ha hecho falta, pero que, ante el claro escenario de liberalización del viñedo y la cada vez mayor presión globalizadora de los mercados, parece oportuno pensar que no puede esperar más.
Aunque no se reconozca por parte del Consejo Regulador, el portazo de Artadi ha sido un catalizador fundamental para despertar una realidad, la identidad de los terruños, que hasta ahora sólo algunas bodegas explotaban con sus recursos propios, con su marca, pero, en cualquier caso, tampoco se nos puede ir la olla porque está por ver cómo reaccionarán los consumidores en el momento definitivo: al rascarse el bolsillo. Es decir, no todos los Riojas podrán ser vino de paraje y, cuidado, porque el éxito de Rioja (que no es otro que mantener el reparto social del viñedo) se basa precisamente en la convivencia de diferentes tipos de negocio.
Me gusta, como recuerda la UAGA en su propuesta, que se tenga en cuenta que todavía el 54% de las uvas las vendimian viticultores que no elaboran y, por lo tanto, en este nuevo modelo piramidal también deberían tener cabida. Pero cuando decía que tampoco se nos puede ir la olla con el tema, me refiero a que pretender renunciar a la histórica concepción del vino de mezcla en Rioja, de coupages, incluso ‘corrección’ de parámetros por mucho que el cambio climático permita ahora otras cosas, sería un error. Como también lo sería renunciar a las menciones tradicionales (crianza, reserva y gran reserva), sino que, al tiempo que se trabaja en los vinos más locales, las organizaciones del Consejo deberían también plantearse por qué en ocasiones se pueden encontrar reservas en grandes superficies a precios incluso por debajo de lo que cuesta el propio vino en origen (depósitos) acreditado como ‘reserva’.
Personalmente pienso que no es bueno que se haya ido Artadi, que tampoco son buenos los movimientos, que existen, de bodegas alavesas para estudiar una DDOO propia, pero creo que sí que es positivo que Rioja haya decidido abrir la ‘caja los truenos’ y avanzar en la diferenciación de los vinos.

La producción de vino blanco con DOP Pla i Llevant el año 2015 aumenta un 37%.

La producción de vino blanco con DOP Pla i Llevant el año 2015 aumenta un 37%

En el año 2015 se han producido 5.830,21 hl de vino blanco con denominación de origen protegida Pla i Llevant , aumentando así un 37% la producción respecto el 2014.

El total de producción de vino (blanco, tinto y rosado) ha sido de 14.365,86 hl, lo que representa un 17,42% más que el año anterior.
http://www.illesbalearsqualitat.es/iquafront/archivo/1484269?nom=+Pla+i+Llevant+Producci%C3%B3++2015.pdf&mime=application%2Fpdf

lunes, 8 de febrero de 2016

Enoturisme a les Illes...

“Diu la dita popular que no és bo posar tots els ous dins el mateix paner. A casa nostra, pel que fa a l’economia, no tan sols hi hem posat els ous. Hi tenim la gallina, el ponedor i el sac de blat de les Índies. El sector serveis en general, i el turisme en particular, representen, si se’n tenen en compte les activitats derivades, la pràctica totalitat del volum econòmic local”. Paraules encertades de Miquel Calent a l’article que va fer el diumenge passat amb el títol “Indústria local, en vies de desaparició”. Tota la setmana m’ha rodat pel cap aquest paràgraf i també les reflexions al voltant del pes del turisme a la nostra societat, i també al sector agroalimentari. No crec que la indústria local vagi cap a la desaparició, però el cert és que depenem molt, fins i tot diria que massa, del sector turístic. Algú pot pensar que hi ha fórmules per evitar-ho, però facis el que facis, el món del turisme ho domina tot. M’explicaré amb un detall: actualment pels cellers mallorquins és imprescindible posar a l’etiqueta el nom de Mallorca. Sembla que l’important és el nom, Mallorca, no per patriotisme, sinó perquè és una marca turística que tot el món coneix, i passa el mateix a les altres illes.
Ara fa uns 18 anys, quan vaig començar dins el sector vitícola, els cellers posaven l’accent i els seus esforços a diferents paners. Un era la millora de la qualitat dels productes, el segon era la millora de les vendes al mercat interior, recuperar el lloc que s’havia perdut i fer que els illencs fossin compradors i gaudissin dels vins fets a casa nostra, i també que els restauradors comencessin a valorar i tenir vins locals a les seves cartes. Paral·lelament, s’havia de fer un gran esforç per exportar, vendre a fora per poder diversificar i aconseguir un cert prestigi. Quasi cap celler parlava d’enoturisme ni tampoc d’aconseguir que els turistes anessin al celler. El que sí que recordo eren els recels, per utilitzar una expressió suau, de molts viticultors i cellers cap al sector turístic i, concretament, cap als grans hotelers a qui culpaven d’haver donat l’esquena a bona part del sector primari i secundari, ja que no compraven els productes locals, sinó que la seva única obsessió era comprar el més barat possible. Per tant, si volies entrar al joc t’havies de baixar els calçons i parar.
Però han passat els anys, i fa temps que el paner de l’enoturisme es va omplint de més i més ous i s’està convertint en una obsessió per a molts cellers, per les denominacions d’origen i les diverses associacions del sector, ja que pot generar una nova via d’ingressos i incrementar les vendes i pot produir una millora de la imatge del nostre vi com a producte. Sempre s’ha dit que el sector turístic balear necessita superar l’estacionalitat i el clixé de Sol i platja. El turisme gastronòmic i l’enoturisme és una estratègia de desestacionalització i una possible oferta complementària: els cellers i els paisatges vitícoles són l’attrezzo, el decorat de la Mallorca rural “chic”. Perquè anar a veure bales de palla, camps de patates o ametllers florits únicament entretén el moment de fer la foto, però per tenir un servei afegit necessites alguna cosa més. I l’única indústria alimentària que ho pot fer, i que actualment ja ho fa, és el sector vitícola. S’obren els cellers de bat a bat amb una petita excursió per les vinyes i l’entorn, es visita el celler i s’explica com es fan els vins i els secrets més amagats, tast de vins personalitzat i, fins i tot, un petit berenar o un bon dinar al celler.
Aquest és el present de molts cellers, però perquè funcioni bé i tingui projecció de futur es necessita una oferta completa i coordinada amb iniciativa privada i el suport institucional. Això vol dir que el sector en el seu conjunt ha d’anar unit, una cosa ben difícil a les nostres caïnites illes. També seria convenient la implicació i la coordinació d’altres agents, com per exemple que els restaurants donin prioritat als vins de la terra, que els hotels tinguin alguna referència de vins i que en puguin vendre, poder fer un ampli calendari d’activitats, la formació dels prescriptors i, sobretot ,fer una bona feina per seduir els periodistes i escriptors gastronòmics que puguin explicar les meravelles que es fan a casa nostra.
Ara jo hem demano: és bo que el sector vitícola es converteixi en una indústria complementària al sector turístic? És interessant explorar-ho, però no és una bona idea dependre excessivament d’ells o acabaríem sent com una fàbrica auxiliar que subministra peces per a la SEAT de Martorell i ens convertiríem en una botiga de souvenirs que és visitada quan fa mal temps i els turistes no poden anar a la platja.

Vi recomanat

OM Selecció 2013, Celler OM (Algaida )
Els vins OM Oliver Moragues s’elaboren a l’antiga Possessió de Binicomprat, una de les finques més antigues de Mallorca. Una possessió reconvertida en un autèntic agroturisme; i dic autèntic, perquè l’activitat principal de la finca és l’agrària. La generació més jove de la família porta el celler, uns vins ecològics que s’han veciat des de la vinya fins al moment de l’embotellat. OM Selecció és un vi negre molt obscur amb aromes de fruites, groselles, prunes i amb notes de xocolta. En boca és potent, llarg, harmoniós, sense cap aresta; simplement genial. Bona feina Carlos i família Oliver M oragues.