martes, 25 de septiembre de 2012

Mortitx obtendrá vinos de alta calidad aunque verá mermada su producción


La bodega reducirá la producción de uva tinta un 20 por ciento y la de la blanca, un 15.

El pasado miércoles, finalizando la vendimia de las bodegas Mortitx, situada en los límites del municipio de Escorca con el de Pollença, a unos 400 metros de altura, la viña de mayor altitud de la isla, Antoni Enseñat, presidente de la sociedad propiedad de la citada empresa enológica, constiuida por 53 socios, aprovechó la ocasión para presentar un nuevo, vino, el monovarietal Syrah 2008, a la vez que al nuevo enólogo de la casa, el mallorquín Llorenç Coll, formado en Sant Sadurní d'Anoia, capital del cava. 
A pie de viña, dando los últimos toquea para iniciar la vendimia en las parcelas dedicadas a las variedades Syrah, Tempranillo y Cabernet Sauvignon, que no han sufrido tanto los efectos de la sequía y las altas temperaturas de los últimos meses, especialmente por estar situadas dentro de un microclima, con noches estivales frescas, Antoni Enseñat comentó: "Estamos contentos de la vendimia del 2012, a pesar de que no había llovido desde abril y luego por los calores del pasado agosto, si bien tendremos una merma en la producción de uva de un 20% en tintas, siendo la Merlot la que más se ha resentido al respecto. En cuanto a las blancas la reducción será de un 15%, si bien se podrán elaborar vinos con buena graduación y con expresión", explicó el presidente de Vinyes Mortitx, aunque reconoció que "no alcanzaremos los 100.000 kilos de 2011".
Llorens Coll, que sucede a la enóloga francesa Aurélie Mercier, manifestó que seguirá la línea de su predecesora, aunque no niega que "cada persona tiene su estilo de trabajo y preferencias, pero de producir cambios, estos irán a que nuestro finos, en el futuro, expresen de forma más contundente ese carácter tan especial que tiene la tierra de las viñas de Mortitx".

domingo, 23 de septiembre de 2012

Dulce batalla.


Festes des Vermar.
En poco más de media hora, los 4.000 kilos de uva que se habían dispuesto para celebrar la tradicional batalla quedaron reducidos a nada.

Binissalem
Cientos de personas no se quisieron perder ayer al mediodía uno de los actos más esperados de las populares Festes des Vermar, que durante estos días llenan el pueblo de Binissalem de fiesta. A las doce del mediodía, jóvenes y no tan jóvenes se congregaron ante las puertas del Ajuntament donde el rey Dionisos dio el pistoletazo de salida a la fiesta con una sola condición: «Durante estos días de Sa Vermada no quiero oír hablar ni de crisis ni de rescates».
Así, y en medio de un gran ambiente festivo, los binissalamers llegaron hasta el polideportivo donde tuvo lugar la gran batalla. Volaron las uvas, pero también volaron zapatos. Las camisetas, como manda la tradición, quedaron hechas trizas.
Después de una ducha más que necesaria, los vecinos de Binissalem y amigos celebraron la XIII edición del Dinar de Trepitjadors en la plaza de l’Església, organizado por la asociación Joves des Trui. Como condición para participar en la comida, los asistentes debían ir vestidos con la indumentaria típica de los ’trepitjadors’. Por la tarde hubo actuaciones musicales.

sábado, 22 de septiembre de 2012

La cerveza casera se pone de moda.


Por cada litro de vino, en España se consumen ocho de cerveza. Tres pequeños productores de la isla han aprovechado el filón para hacer negocio. Sus brebajes prometen texturas y sabores muy diferentes respecto a aquellos de fabricación industrial.



 

Sin conservantes ni colorantes ni estabilizantes ni trampas varias de esas que se utilizan en las grandes industrias. La cerveza casera de productores locales está de moda en Mallorca. Ya hay dos marcas que comercializan sus botellines a pequeña escala y una tercera cuyo lanzamiento está previsto para el mes que viene.
¿Pero de dónde sale esa repentina fiebre por el dorado líquido no industrial? El profesor de la Escuela de Hostelería, Sebastià Esteva, tiene un dato que ayuda a comprender el fenómeno. España es el quinto consumidor de cerveza en el mundo. "Por cada litro de vino, se consumen ocho de cerveza", apunta este cocinero. El resto lo pone la curiosidad de los amantes de la cerveza, con ganas de probar nuevas variedades con sabores más intensos.
Hace años hubo experimentos como el de la cervecería de s´Escorxador de Palma, que elaboraba cerveza propia para sus clientes, aunque tiempo después dejaron de producirla. El año pasado un argentino afincado en Selva recuperó esta práctica. Se trata de Guillermo Tamagni, dueño de la marca Tramuntana. Debutó en la Feria de las Hierbas de su pueblo con botellines de tercio a dos euros. Ahora ha aumentado la producción de sus tres variedades –rubia, roja y negra– y también están presentes el algunas tiendas de alimentación.
Hace un año Tamagni declaró a este diario que la cerveza casera "es un producto para gente a la que le gusta mucho esta bebida y está dispuesta a probar nuevos sabores" y añadió que "en Mallorca aún falta cultura de la cerveza, porque a la artesanal la llaman producto gourmet". Pero en poco tiempo ha cambiado la situación. Prueba de ello es la primera Feria de la Cerveza, celebrada este verano en Santa Eugènia y que resultó un éxito de participación.
Uno de los impulsores de esa muestra fue el profesor Sebastià Esteva. Su pasión surgió hace más de dos décadas gracias a un libro de cocina que explicaba una receta para elaborar cerveza: "La cosa no fue muy bien. No teníamos los ingredientes adecuados. Pero en internet, encontré información útil" y al final pudo autoabastecerse de cerveza. Con esa misma finalidad, Esteva ha creado la Confraria Taujana, un grupo de gente aficionada a este brebaje con ganas de conocer todas las variedades existentes. Según explica el profesor de cocina, su objetivo es "incentivar la cultura cervecera para que se dé a conocer que no solo se trata del refresco que venden las grandes compañías, sino una bebida con una historia extensa e interesante".
En cuanto al mercado empresarial de este producto, Esteva explica que vender cerveza artesanal "es complicado porque es un producto caro, por lo que no se puede competir con el precio de las grandes cervecerías". Esas pegas no han desalentado a Sebastià Morey y Chelo Ferris, una pareja de Galilea que ha puesto en marcha su propia fábrica artesanal bajo la marca Galatzó. Morey compagina su actividad como autónomo cervecero con su trabajo en una empresa de handling del aeropuerto. "Hace 18 años que trabajo allí y es un sector que está en decadencia. Mi futuro es un poco incierto", reconoce el puigpunyentí.
Por eso han optado por la emprendeduría. Han adquirido maquinaria e instalaciones y pasarán de fabricar 50 a 500 litros mensuales. "El secreto de nuestra cerveza es el mismo que hace que las sopas mallorquinas de la abuela sean las mejores del mundo. Es cuestión de ponerle mucha dedicación, sentimiento y tener mucha paciencia", explica Morey. Su objetivo es vivir elaborando cerveza, pero saben que no será fácil.
Esa es la misma motivación que ha arrastrado a dos italianos, dos mallorquines y una gallega. Estos cinco residentes en Alaró están preparando una nueva marca de cerveza casera autóctona. Se trata de la Mayurqa, que se presentará en la Feria Gremial del pueblo el próximo 7 de octubre. Javier Salom, Mery Llompart, Paz Francés, Nicola Calderoni y Paolo Francia decidieron montarse su propia fábrica tras haber asistido a un curso del profesor Sebastià Esteva. "El resultado de las primeras cervezas fue muy bueno y nos dimos cuenta de que los costes son prácticamente los mismos para 50 que para 500 litros, así que nos lanzamos en plan serio", señala uno de los socios.
La aventura está ahora en el momento del despegue. Ya están provistos de botellas, embalajes, etiquetas y chapas para dar a conocer el resultado de su pasión. Su intención es comercializarla en los bares de Alaró. Su producción actual se sitúa en los 500 litros mensuales, aunque su objetivo es alcanzar los 3.000. Los cinco socios siguen dedicando a este proyecto el tiempo extra tras sus jornadas laborales, aunque alguno ya sueña con dejar su actual trabajo "si la cosa funciona bien".
Estos tres proyectos –el de Selva, el de Galilea y el de Alaró– y la pasión en Santa Eugènia demuestran que la cerveza casera tiene perspectivas de futuro. Ahora es el turno de qué los consumidores decidan qué prefieren: la industrial o la made in Mallorca.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

BAR À VINS de Fábrica Moritz. (Barcelona)



BAR À VINS de Fábrica Moritz  (Barcelona)



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El complejo Fábrica Moritz sigue tomando forma. Poco a poco se van desplegando los diferentes compartimentos de este espacio multiservicios de la restauración que constituye la antigua fábrica de cerveza de Louis Moritz. A principios de octubre se inaugura la tienda de panes Triticum (Xevi Ramón me informa que acaban de abrir también en Vilassar) y para dentro de pocos meses (muy pocos) se abrirá la Brasserie en la parte baja del edificio.
Jordi Vilá me explicaba ayer  que será un restaurante que rescatará todos los grandes platos de la cocina clásica francesa y que se dará todo el protagonismo que se pueda al trabajo de sala (trinchar, flambear etc…).
Pero ayer, en la gran sala de los eventos, se trataba de la presentación a la prensa del nuevoBar à Vins de la Moritz. Un espacio que da directamente acceso a la Ronda Sant Antoni y donde se podrán degustar hasta unas 500 referencias. Albert Castellón, el director de la Moritz justificó la creación de este bar por la voluntad de democratización pedagógica de los grandes caldos por parte de su empresa. Una cervecera que, por otra parte, aboga por una cohabitación amable entre el mundo de la cerveza, por sí solo popular, y el mundo del vino, que peca a veces de un poco de petulancia y de elitismo.
Propuesta innovadora donde las haya, gracias a un revolucionario dosificador o tirador que permitirá servir caldos inalcanzables por su precio para el común de los mortales en cantidades mínimas (hasta 2 o 3 cl) pero a precios asequibles. ¿Quién no ha soñado alguna vez probar (ni que fuera en forma de cata) un Petrus?
Xavier Ayala (ex sommelier del Omm y presidente de la Associació Catalana de Sumillers), flamante director de este Bar à Vins nos explica que esto será posible gracias a este aparato que es capaz de mantener todas las propiedades organolépticas del vino para un periodo de más de dos meses.
En un Bar à Vins, lo más importante estriba en el servicio del vino pero la cocina tiene también su espacio. Así empezaron los bistrots parisinos en el siglo XIX. Sirviendo vinos que iban simplemente acompañados por cuatro platos de comida mal contados. Después la cocina iría adquiriendo tanto protagonismo que el “ Bistrot” llegó a confundirse con el concepto de “pequeño restaurante con cocina y precio populares”. Este deslizamiento semántico, como he tenido la ocasión de explicar alguna otra vez en este blog, obligó hace tal vez unos años (no sabría ponerle la fecha exacta) a crear otra palabra para volver a definir “el espacio donde el vino tiene el protagonismo y la cocina aparece como complemento subsidiario”. Fueron Wine Bar en el mundo anglosajón y Bar à Vins en Francia.
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martes, 18 de septiembre de 2012

Read’s entre los diez mejores hoteles relacionados con el mundo del vino en España.


Trivago incluye al Read’s entre los diez mejores hoteles relacionados con el mundo del vino en España



TURISMO Y ECONOMÍA — SEPTIEMBRE 18, 2012 | 12:03 
El comparador de precios de hoteles www.trivago.es publica los diez mejores hoteles relacionados con el mundo del vino en España. El ránking se basa en las opiniones vertidas por los usuarios, tanto de la web como de las páginas de reserva que compara, tras su experiencia en los alojamientos.

No cabe duda de que España es un país con una rica tradición vinícola, y cada vez son más los que descubren el mundo del vino y se apasionan por él. El turismo no es una excepción, y en los últimos años se han creado nuevos hoteles que hoy en día son auténticos templos enológicos. Los siguientes hoteles son una buena muestra de ello, ya que ofrecen desde visitas a las bodegas donde se sitúan, hasta cursos para aprender la técnica de la cata, pasando por relajantes tratamientos de vinoterapia en un spas creados en torno al vino.
  1. Hospedería Los Parajes, Laguardia, País Vasco.
En el corazón de la Rioja Alavesa, en la plaza central de Laguardia y rodeado por su muralla, se encuentra la Hospedería Los Parajes. Se trata de un hotel dedicado por completo al mundo del vino. Cuenta con un calado del siglo XVI donde se ofrecen catas de vino y cursos de iniciación a la cata, así como con un magnífico spa en el que disfrutar de un masaje con aceite de oliva, chocolate o una sesión de vinoterapia. Los huéspedes también pueden visitar la vinoteca del hotel y comprar alguno de los excelentes vinos de la región.
  1. Marqués de Riscal, Elciego, País Vasco.
El hotel Marqués de Riscal, situado en la Ciudad del Vino de las bodegas del mismo nombre, se ha convertido en uno de los alojamientos más representativos del mundo vinícola. Su espectacular diseño, por Frank O. Gehry, y su extraordinaria gastronomía, reconocida con una estrella Michelín, dotan a este hotel de un carácter muy exclusivo. Durante la vendimia, cuentan con una oferta especial en la que los huéspedes pueden visitar las bodegas y recoger uvas de los viñedos, con las que después disfrutar de un relajante masaje de vinoterapia.
  1. Read’s, Santa María del Camí, Islas Baleares.
A los pies de la Sierra de Tramuntana, y rodeado por viñedos y un extenso jardín de 20.000 metros cuadrados, el Hotel Read’s es un remanso de paz a pocos minutos de Palma de Mallorca. Los huéspedes pueden pasear por el viñedo y disfrutar de los vinos de la cosecha en el Browns Bar. Algo que no pueden perderse es la exclusiva cena en la que observar de primera mano cómo trabajan tanto el chef como el equipo de cocina y degustar la más exquisita cocina internacional, maridada con los mejores vinos y el asesoramiento del sumiller.
  1. Finca La Estacada, Tarancón, Castilla-La Mancha.
Las habitaciones de la Finca La Estacada poseen mucho encanto, ya que cada una de ellas está dedicada a una variedad de uva diferente y decorada en torno a la misma, siendo espacios totalmente únicos. El hotel se sitúa junto a la bodega, por lo que pueden realizarse catas de vino y visitas guiadas de la misma, así como otras actividades, como paseos a caballo por los viñedos. En su Spa Vinoterapia, los huéspedes pueden disfrutar de masajes y tratamientos corporales y faciales, todos ellos con la uva como protagonista.
  1. Villa de Ábalos, Ábalos, La Rioja.
El hotel Villa de Ábalos es un hotel familiar situado en un bonito edificio construido en piedra, madera y forja en la localidad riojana del mismo nombre. Para que los huéspedes tengan un buen recuerdo de su estancia, el hotel cuenta con varias ofertas para disfrutar plenamente del mundo del vino, como la visita a los viñedos y la cata de sus vinos maridada con la cocina típica de la zona de su restaurante. Durante la vendimia, esta escapada se complementa con la posibilidad de recolectar las uvas y de participar en el pisado de las mismas.
  1. Hacienda Zorita Natural Reserve, Fermoselle, Castilla y León.
En el centro del increíble parque natural de los Arribes del Duero, donde este río marca la frontera entre España y Portugal, se encuentra la Hacienda Zorita Natural Reserve, un espacio de lujo para disfrutar de la más absoluta tranquilidad. Se divide en dos casas: The Winemaker’s House y The Hunting Lodge. La primera de ellas alberga una bodega de elaboración y crianza de vinos, y la segunda recrea un pabellón de caza y cuenta con dos salas chill-out. En este hotel no puede faltar la visita a la bodega y el curso de cata de vinos impartido por un sumiller profesional.
  1. Hotel del Vino, Cariñena, Aragón.
Ubicado en una bodega de los años 60 rehabilitada, el Hotel del Vino está rodeado de viñedos y posee unas bonitas vistas al Sistema Ibérico. Entre las actividades que se pueden realizar en este hotel, se encuentran las visitas guiadas a las bodegas y los viñedos, y los cursos de cata de vinos y maridajes, donde aprender, entre otras cosas, trucos para abrir una botella de vino y servirlo de manera correcta. Si los huéspedes desean saber más acerca de la cultura del vino de Cariñena, pueden visitar el Museo del Vino, donde degustar los caldos de esta denominación de origen.
  1. Castell de Gimenelles, Sant Jaume dels Domenys, Cataluña.
El Castell de Gimenelles se sitúa en una masía del siglo XVIII y ha sido declarado Bien de Interés Cultural por la Generalitat de Cataluña. Situado sobre una colina, vigilando los viñedos, es el lugar perfecto en el que relajarse degustando los vinos y cavas del Penedés, ya que en su bodega cuentan con más de 80 referencias producidas en esta región. Los detalles son muy importantes en este pequeño hotel familiar, y eso es algo que se refleja, por ejemplo, en los productos de baño, de producción natural y provenientes de las uvas de las viñas.
  1. Los Arandinos, Entrena, La Rioja.
Con interiorismo de Javier Arizcuren y David Delfín, el hotel de Los Arandinos es el primer hotel de cuatro estrellas en La Rioja que cuenta con spa y restaurante integrados en una bodega, en la que se elabora la uva proveniente de los viñedos de la finca. En su restaurante Tierra, los huéspedes pueden disfrutar de la cocina de Diego Rodríguez, su chef, que rinde homenaje a los productos de la región, y en su spa podrán olvidarse de la rutina con enomasajes y rituales de vinoterapia. No puede faltar una visita a las bodegas con degustación de vinos y pintxos incluida.
  1. Eurostars Monumento Monasterio de San Clodio, Leiro, Galicia.
El Eurostars Monumento Monasterio de San Clodio se sitúa en un monasterio cisterciense del siglo XII, ahora rehabilitado aunando su pasado con las comodidades actuales. Todas las habitaciones cuentan con vistas sobre los viñedos y los pinares que rodean al alojamiento y hacen que el huésped se sienta como en otra época gracias a sus techos altos de madera y sus paredes de piedra. Entre las posibilidades que ofrece el hotel se encuentra la visita a las bodegas O Ribeiro, donde disfrutar de una cata de los vinos de esta región.