El catalán, del restaurante Bravo 24, se proclamó ganador del Concurso Oficial de Sumiller de España 2012.
El trabajo de sumiller exige mucha presión y preparación. Los asistentes al concurso oficial del mejor sumiller de España 2012, que se celebró la tarde de ayer, pudieron comprobar la dificultad que entraña esta labor. Los concursantes tuvieron que demostrar durante 30 minutos sus dotes para este trabajo, desde conocer tanto los vinos que sirven, el conocimiento de los platos, hasta la de conocer ciudad para poder recomendar algún lugar a los visitantes del restaurante.
El barcelonés Sergi Figueres, del restaurante Bravo 24 de Barcelona (Hotel W), se proclamó ganador de la final que se disputó durante la jornada vespertina. En la misma también participaron Eduardo Prieto, segundo, y Jesús González, que quedó en tercer lugar. En la gran final los tres tuvieron un tiempo limitado para poder demostrar sus cualidades para esta labor. Antes, durante la mañana, dos docenas de participantes tuvieron que realizar una prueba escrita para poder acceder a la gran final.
Como novedad este año, a los tres finalistas se les sumaron Raul Igual, ganador de la edición del 2010, y Rafael Reye,s ganadores de la edición del año pasado. El año que viene se disputan tanto el campeonato Mundial en Japón, como el campeonato Europeo de Mónaco y de entre los cinco participantes se tenía que decidir el representante de España en estos dos campeonatos. Dicho honor lo consiguió Raúl Igual, que intentará dejar el pabellón bien alto en los certámenes internacionales del año que viene.
Durante casi tras horas de competición los cinco finalistas tuvieron que pasar una serie de pruebas de todo tipo. En el estrado de la sala se podían ver cinco mesas en las que los participantes debía realizar sus pruebas. En la primera de ellas, tuvieron que completar un trabajo de degustación e identificación de los vinos y destilados que se les servía. En una segunda mesa mediante una carta errónea debían encontrar los fallos si los hubiera. En la mesa central, los concursantes con una carta en concretó recomendaron las bebidas oportunas para cada plato y para finalizar el servicio y decantación fue el trabajo que realizaron. En la quinta mesa se pudo ver al jurado técnico.
Tras la final Figueres declaró estar «descansado, porque he estado muy nervioso». También habló sobre la labor de un buen sumiller, «un sumiller no deja de ser un camarero, el que se piense que es más que un camarero se equivoca». Palabra de campeón.
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